Si ya estás pensado en matricular a tu pequeño en la escuela infantil de El Molar, sabemos que uno de los momentos más temidos por los padres es aquel en el que hay que dejar al peque en el cole. Seguro que tú también le das más de una vuelta. 

Este momento que se ha pospuesto de manera tradicional, pero hay que decir que en los últimos años está ganando el terreno al cuidado de los abuelos. Llevar a los hijos a la escuela infantil es cada vez más habitual, normal y a una edad más temprana.

Un hecho que se debe a la desmitificación de los centros cuando los niños son pequeños, a un claro cambio de mentalidad y por supuesto a la incorporación absoluta de la mujer a la vida laboral. Un escenario el actual, que supone la escolarización de los niños a edades muy tempranas ante la necesidad de la conciliación de la vida familiar y laboral.

Un marco temido, pero no por ello justificado. Tras una breve adaptación por parte de todos, todo suele ser una rutina que les encanta a los más pequeños. No obstante, existen ocasiones en las que los niños, al descubrir que son separados de sus padres, recurren al llanto. Un llanto que se usará cada mañana y que una correcta actuación por parte de los adultos implicados, familia y educadores, hará que vaya desapareciendo y colocando en su lugar una gran sonrisa antes de ir al cole.

Alargar la adaptación en los casos en los que se requiera más tiempo, explicarles jugando en qué consiste el cole, hablarle de su educadora, no regañarles ni mostrar enfado ante el llanto. La comprensión, la paciencia y una despedida siempre y en todos los casos serán tus mejores aliados.

Desde nuestra escuela Infantil en el Molar consideramos fundamental prestar una atención especial al periodo de adaptación, utilizando todos los recursos que tenemos a nuestro alcance y que como profesionales manejamos, y, poniendo el foco tanto en los niños como en los papás. Un abordaje conjunto facilita la tarea y mejora notablemente la conducta y el bienestar de los pequeños durante este proceso. 

En La Casita de Muriel creemos que no todas las adaptaciones son iguales porque todos los niños son diferentes.